aún que yo vivía en unas manos,
ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón.
Yo sentía que la noche era dulce
como una lecha silenciosa. Y grande.
Mucho más grande que mi vida.
....................................................Madre:
era tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.
....................................................A veces,
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez, sube el olvido
aún al corazón.
........................................Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos.
..................................................Bajo
y tú escondes mi rostro; y soy pequeño;
y tus manos son grandes; y la noche
viene otra vez, viene otra vez.
.....................................................................Descanso
de ser hombre, descanso de ser hombre.
Una mezcla de ternura y desesperación. Desestabiliza.
ResponderEliminarAbrazo
Alicia Perrig